Decía Julio Belza: …bien pudo ser esta calle la mora Al-limona, porque unos limoneros adornan la entrada de la gima Ataibín… de ser así esta calle estaría hundiendo sus raíces más allá del siglo XV.
El limonero como el naranjo, además de fruta, nos ofrece en nuestros jardines un agradabilísimo aroma a azahar en primavera que traspasa las tapias y que regala a sus calles y vecinos.
Desde la calle Limón se veía la famosa casa de las postales antiguas conocida como Balcón de los Pintores, casa que a primeros del S.XX era una casa de vecinos muy pobretica y que ahora tan restaurada ya casi que no parece la misma. Allí vivió mi amigo Manolín.
Y allí, los amigos de los hermanos de Manolín jugaban a la pelota hasta que embarcaron el balón de Er Daniéh en el convento del convento que hay en la placeta Escuelas.