Querido Diario:
A las doce en punto, que es cuando abrían la taquilla, me fui con Papa-Antonio a recoger las entradas del cinematógrafo para la sesión esta tarde, que por cierto ha estado entretenida. Y Francesca, espectacular. Nunca defrauda. ¡Qué poderío de actriz! Salí sin ganas de comer para una semana pero, bueno, al menos ¡el Abuelo por fin me llevó al cinematógrafo!
Hoy, la familia de D. Miguel J. Rodríguez-Acosta (de Palacios), ha repartido una abundante limosna de pan a los pobres en su memoria. Llevan días repartiendo vales para esto entre los más necesitados.
¡Qué contrariedad! Lo que son las cosas… Pensar en la Gula cuando hay tanta hambre me da no se qué… se me ha quedado el cuerpo cortao ¡pa‘que voy a decir otra cosa!
Para la próxima ya le he dicho a Papa-Antonio que a ver si podemos llevarnos a Dolores, que la chiquilla no ha ido nunca a una sesión, pero que la tenemos que elegir bien que la de hoy, por ejemplo, no era lo suyo.
Ángelica, si come como un pajarillo. Acostumbrada a pasar tantas necesidades no tiene ni el estómago hecho.
La verdad es que cada día nos entendemos mejor, y se le ve más contenta, ya sonríe con los chascarrillos de las niñas del taller y va contando cosicas suyas. No mucho, pero algo es algo.
Es la cuarta de 9 hermanos, su padre murió de no sé qué enfermedad, y su madre se quedó sola recién paría del último, con tanta miseria y pena en el cuerpo que no tenía ni leche para amamantarlo, y una muchacha, muy pobretica también, que había sido repudiada por su familia por quedarse en estado sin estar casada y había perdido el suyo en el parto, le estuvo procurando la lactancia a su hermano a cambio de techo.
Total, que eran ya muchos en la casa y sin posibles, que sus hermanos mayores ya estaban trabajando, una, sirviendo y otros, de temporeros en el campo pero que básicamente están viviendo de la caridad, y que ella estaba en casa cuidando de sus hermanos chicos porque la madre por lo visto está medio-enferma también y tampoco puede dar mucho más de sí.
A Sole y a Dolores les gustaría traerse a los cuatro pequeños para el asilo de San José, el último es que es muy chico todavía para separarlo de la madre y se necesitan mutuamente aún. Pero así podría tenerlos cerca sabiendo que están bien atendidos, y poderlos ver a menudo.
Madre, como tiene buena amistad con las monjas porque a veces les hace trabajos, ya está haciendo gestiones a ver si pudiera interceder por ellos, pero todo lleva su tiempo y su proceso. A ver qué pasa… Ojalá, se apiaden de la situación.
Dolores dice que ella está dispuesta a trabajarles en el asilo en lo que haga falta a cambio del favor de acogerles a sus hermanos, pero Sor Teresa dice que eso no es preciso que lo que hace falta es solucionar otros trámites, que están atendiendo a muchísimos chiquillos necesitados y andan faltos de camas, y, claro, cuatro hermanos de una vez no es fácil de acomodarlos.
Todo se andará… mientras, Dolores, ya está bien acogida y aprendiendo un oficio que no es moco de pavo. Poco a poco, no se puede resolver todo en un día.
Jose Fernandez 28 febrero 2020
Y…………..me sigue gustando
MARGARITA MARIN 1 marzo 2020 — Autor de la entrada
¡Gracias! ¡Y vamos ya a por Marzo! Que tampoco se queda corto en intensidad… 💁😏
El tío Antonio 29 febrero 2020
¡Qué buena foto de hace un siglo no más!
Paco 1 marzo 2020
Como cada episodio , cercanía y realismo.!Enhorabuena! Margarita
MARGARITA MARIN 1 marzo 2020 — Autor de la entrada
Gracias, Paco, encantadísima de que te esté gustando 😍