Quiero Diario:
Hoy casi muero de la risa con Carmelita. Le ha dado un alarde de limpieza digno de la “más espercojáh de toa Graná”. Era pa’verla con su roílla pa’riba y pa’bajo limpiando todo lo que pillaba a su alcance.
Lavando con Doña Rosa trapos en el patio subida a un taburete para poder llegar al pilón, luego ha querido ayudarme a poner la mesa y a fregar los cacharros con un ojico que le he hecho en el lebrillo… vamos, vamos, vamos… ¡Cómo se ha entregao a la faena hoy Doña Col!
¡No veas cómo frotaba de bien la canija!
Al principio, cuando quería ayudar a Doña Rosa a lavar los trapos, Madre le ha dicho que no jugara con el agua, pero Doña Rosa le ha dicho:
-“No le quite la voluntad, Doña Concha, le doy un trapillo chico pa’que se entretenga aquí conmigo y ya me quedo yo pendiente de ella. Si a mí no me molesta la chiquilla pa’ná. ¡Ya quisiera yo tener una hija así de apañáh! No eche ustéh cuenta. Ya me quedo yo al cargo de la ayudanta”.
No obstante yo le he puesto agüica templaíca para sus jugueteos, pero aún hace frío para jugar al chapoteo este de hoy… que por cierto, con la tontería la pobre Dolores se ha pasado medio día recogiendo el agua que iba salpicando. Le daba con tanto ímpetu a la cosa que había más agua fuera del lebrillo que dentro.
¡Inocente! Esta todavía no ha aprendío eso de “en comunidad no muestres habilidad”. Otro día como éste y madre le endiña ya quehaceres como a las demás.
¡Ángelica, si es mu’chica todavía!.