Querido Diario:
Hoy me mandó mi madre al establecimiento nuevo que han abierto en el 23 de la calle Salamanca a comprar leche de cabra que le habían hablado muy bien de ella y quería probarla. Nosotros somos más de comprarle al cabrero de San Gregorio, pero, en fin, hoy le ha dao por ahí y tampoco le ha gustao tanto…
¡Eso le pasa por catacaldos!
¡Media mañana perdía en el viaje pa,ná! También te la llevan a casa pero madre no quería crear compromiso antes de probarla. Ea, no hay ná como tener una Conchita en casa pa’dar bandazos…
Y no es que me importe salir a hacer recados pero es que se acerca el Domingo de Ramos y me faltan horas ya al día para dar abasto con tó. Cuando empieza con el “yaque, yaque…” “esque, esque…”
Y es que falta menos de un mes para el Jueves Santo y no paran de llegar encargos ¡Hay que ver! ¡Ya podrían acordarse antes y no venir todas a la vez con la bulla! Y las que vendrán todavía en estos días que quedan. Además, este año Madre me ha cortado los patrones para que yo misma me cosa un abrigo y vaya practicando pespuntes más allá del hilván.
El paño me gusta, es de un rojo vivo precioso y ya le he buscado unos botones grandes de un rojo un poco más oscuro que rompen estupendamente, pero casi que estoy arrepentida porque al ser tan grandes los ojales llevan más puntáh y como no tengo tarea ya… ¡Ea, venga a darle a la aguja! Menos mal que soy chiquitica y me ahorro cosíos de largo.
Mira, pues no hay mal que por bien no venga. Tó’no van a ser penurias.