MaRGaRiTa MaRíN
Querido Diario:
Hoy ha sido el cumpleaños de Adora. Diez años que ha cumplido.
Cuenta Madre que el día de su nacimiento estaba nevando. Será por eso que a veces parece que está helá.
¡Mira que se toma las cosas con calma! ¡Pa’verla abriendo los regalos hoy!
Toda meticulosa, que si quito la guita con dos dedos para salvar el cordel, que si desenvuelvo el papel con sumo cuidado para que no se rompa, que si lo estiro planchándolo con la mano, lo doblo perfectamente por sus esquinas para guardarlo en mi caja de los papeles…
¡Mare mía, qué sangremuerta!
No puedo con ella cuando se pone así de tiquismiquis…
– ¡Abre ya el regalo, niña!
Esta vez, lejos de regalarle ningún primor, con el dinerillo que he ido juntando de lo que me da Madre por mi trabajo en el taller, que nos es mucho porque mi trabajo es para ayudar en casa pero a Madre desde que cumplí los 11 y me nombro aprendiza le gusta darme algunos realillos de vez en cuando para mis gastillos, he optado por comprarle un cuaderno para poner a salvo mi libreta de su afán goleor.
No sé si funcionará la distracción pero así ya puedo yo amenazarla con golismear su libreta si no respeta la mía… ¡Quién las da, las toma, Doña Adora!
Adoración Cuesta
*Salvo esa «rivalidad-chinche» típica entre hermanas, se procesaron una profunda admiración, lealtad y cariño mutuos (durante toda su vida y más allá…) dignos de imitación por todos los que valoramos la hermandad como unos de los mejores regalos que nos otorga la vida.
Paco Julio jr 29 marzo 2020
Jajajaja! sicología inversa, ¡que maestra!