Querido Diario:
No salimos de una y nos metemos en otra.
Resulta que el otro día, Angustias, la que está casada con Manuel, el guarda de Consumos, los que viven por la placeta del Toro. Pues bien, aprovechando que éste no estaba en casa se fue a la de unos vecinos que estaban celebrando un baile y mientras ella se entregaba a las Delicias de Terpsícore el marido llegó a su casa antes que ella.
Y cuándo ésta volvió y el marido le pidió explicaciones de a ver dónde había estado y no quiso dárselas. ¡Pa’qué! er tío cogió un vergajo de goma y empezó a atizarle latigazos como un descosío, que le dio hasta en la cara y tó, con tan buena fortuna que, en ese momento, pasaba por la calle el hermano de Angustias y al oír los gritos, entró en la casa y con la culata de una pistola golpeó al Manuel hiriéndole en la barbilla y parando la agresión.
Acudieron los vecinos, los guardias, ¡un jaleo que armaron!
Total, todos a la Casa de Socorro y después para la Jefatura.
Pero que estaba cantao, ese matrimonio no puede funcionar sin que alguno sea infeliz, ¡de ninguna de las maneras! que ya no es que no se entiendan, que ella lo engañe para divertirse o que el otro sea una mala bestia, es que también son 20 años lo que se llevan de diferencia y las necesidades son muy diferentes. Y eso no pué’seh.
Veremos a ver cómo acaba to’esto pero pinta que mal tirando a fatal…