Querido Diario:
A Doña Amparo, la maestra del Ave María que vive por el Paseo de los Tristes, se le ha perdido un billete de 50 Pesetas, no sabe dónde, sólo que se le debió caer entre calle Duquesa y su casa. ¡Un disgusto que tiene la pobre! Y es que no es pa’menos. Dos semanas de jornal perdidos así de un plumazo.
Si es que no se pueden llevar los dineros a su aire por los bolsillos. Yo cada vez que salgo a comprar los llevo en una faltriquera secreta que me hizo madre pa’debajo de la falda que además de atármela a la cintura con sus cintas, me la prendo en la ropa con un imperdible por mayor seguridad. ¡Que no está la cosa pa’perder una gorda!
Mi madre tiene otra preciosa de terciopelo negro bordada con pasamanería verde que es una monería, pero esta es pa’llevarla por fuera como bolsillo. Es ya antigua y casi no la utiliza y yo estoy detrás de a ver si me la convierte en bolso de fiesta porque es una auténtica preciosidad.
Claro que no tengo vestido para esos colores y el verde me queda regular, no termino de encontrarme con ese color… que aunque soy morena-clara y le va bien a mi piel, me rompe fatal con mis ojos azules que aun tirando a grises no están en la misma gama de color… tiene que ser que encuentre un verde muy peculiar algún día, para que me anime a hacerme un vestido de fiesta en ese color porque la otra alternativa que me quedaría sería un vestido negro y el negro poco tiene de fiesta…
Aunque con el tormentazo que ha caído esta tarde está la cosa más para vestidos de percal que para sedas…