MaRGaRiTa MaRíN
Querido Diario:
Pues ya está hoy Madre aviándole el traje de macero a mi padre para la procesión: que si un arreglillo por allí, que si quitarle una manchilla por allá, que si un cepillaíllo, que si darle un planchaíllo, que si pulir la hebilla, revisar los botones… Total, ya lo tiene listo, pero tié su tarea, no te creas.
Este año el jaleo de los servicios ferroviarios restará a nuestros festejos un considerable número de visitantes por la situación tan especial en que se hallan las compañías de ferrocarriles. Han desaparecido los pintorescos trenes botijo que eran una de las notas más clásicas y alegres de estas fiestas, y tampoco ha sido posible conseguir billetes especiales a precio reducido.
Una contrariedad pero, bueno, el programa de festejos ofrece otros muchos elementos de agradable expansión a la ciudad que junto al prodigio de la primavera granadina en donde los huertos y los jardines bajo la caricia de un sol deslumbrante, lucen con todo su esplendor, cautivando a todo el mundo con la intensidad luminosa de su cielo azul, con sus monumentos, con el panorama y con el perfume primaveral de sus cármenes que crean una sinfonía de colores, olores y demás recreos de los sentidos que adornan de gratas sensaciones el devenir de estos días de fiesta.
No obstante, seguro no fallará todo el contingente de gente que viene de los pueblos de la provincia, sobre todo, los que están unidos a la capital, y les darán sobrada animación a los festejos como cada año hacen con su fiel presencia en la ciudad.
Pa’l Jueves seguro vienen mis parientes y Loli ha estado toda la tarde preparando unos pestiñicos por si se presentan visitas en casa en estos días poderles agasajar con una meriendilla antes de salir a pasear, si es que no inventan de irnos a comer a algún lao que también se puede dar el caso…
Cartel para las Fiestas del Corpus de 1920
premiado por el Exmo. Ayuntamiento de Granada.
Autor: J.Caraz