Querido Diario:
Pues anoche fue la primera velada en los paseos y jardines del salón, concurriendo desde primera hora muchísimo público, y los carruajes y automóviles que paseaban por la zona eran todo un espectáculo.
La Banda Municipal amenizó la velada durando la animación hasta las doce de la noche que se apagó la iluminación, que por cierto era la mismitica que el año pasao.
Lástima lo de los circos. De cinco que iban a venir al final solo han podido ser dos los que han podido sortear tanto impedimento. La verdad es que aquello no es sitio, dice el consistorio que se los han tenido que llevar allí porque los vecinos del embovedado protestaban pero, sea como fuese, tampoco han atinado con la solución.
Por otro lado, y lo mejor del día, Papa-Antonio ha llegado este mediodía con una gallina nueva para nuestro corral y cinco pollitos, uno para cada nieto que repartió al gusto de cada cual y yo me he quedado con el que no quería nadie. Veremos a ver en cuantos se quedan…
De momento, nos ha costado encontrar una cajita para meterlos mientras crecen un poco al calor del hogar pero Paquito y Antoñito ya estaban diciendo que iban a enseñar a volar a los suyos mientras los empujaban desde la esquina del repostero de su casa…
¡Mira que son brutos! De buenas ganas se los quitaba pero me he tenido que conformar con darles cuatro vocinazos (de voz) cuando los he visto con el invento aereonáutico.
A la gallina nueva, el abuelo le ha puesto de nombre Reina Mora, y de momento parece que ha hecho buenas migas con Lana. El mío se llama Pirri de pirriaque, por lo chico y canijillo que es que no sé si lo voy a poder sacar pa’lante, el de Adora, Bebé, que de pronto le ha entrao un instinto maternal inaudito, y el de Carmelita de momento solo de llama Pollito…