Querido Diario:
Hoy eran las Carreras de Caballos en el Hipódromo de Armilla que se tuvo que posponer porque no habían llegado todos los participantes a tiempo para el día que era.
Otro cambio más de los que ha sufrido el programa de Fiestas que si no recuerdo mal van ya tres cambios: Los caballos, la Batalla de Flores y la Fiesta Infantil. Pero, bueno, ya se sabe: “a quien cuece y a masa de tó le pasa”. Y con un programa para tantísimos días es difícil que funcione todo como un reloj.
No obstante, están resultando unas Fiestas muy esplendorosas a la vista, el buen tiempo, todo el mundo en la calle arreglaos con sus mejores galas.
¡Ná, tó farfolla!
Mucho foél en lo alto para presumir, unos de lo que no son, y los que son, de lo que esconden y guardan sin darle rendimiento alguno. Un baile de máscaras como los del Carnaval, porque ya me dirás tú, tanto vestido nuevo, alhajas y mantones de Manila cuando no tenemos ni para pagar el pan por la especulación de los tenedores de trigo, y aun estando de fiestas siguen haciendo decomisos de papas…
En fin, así somos de bonicos y elegantes, sin mendrugo que echarnos a la boca pero con la flor prendida en el pelo o en el ojal.
¡Ojo! Yo, la primera que me gusta cuidarme, que aunque no sea de muchos perifollos, soy coqueta, y un vestidico sencillo, pero limpio y vistoso, con unos bonitos zarcillos que acompañen el conjunto, no me los quita nadie, (y, ahora, tampoco la pomada de rosas para los labios que regaló Manolín) pero es que hoy me levanté con el regomello y me parece que tó son pamplinas y fantoches, y no puedo evitar el reconcome. Será que con los cañonazos de ayer se me rompió el cerebro… (O algo así…)