Querido Diario:
Hoy fuimos a la velada en San Pedro. Vino Manolín y me pidió un baile y aunque yo no quería porque me daba vergüenza, y no quiero que se crea que me gusta, al final presionada por Papa-Antonio que decía que se trataba de un buen amigo y no podía hacerle ese feo al chiquillo, echamos un pasodoble, eso sí, después de bailar primero con mis hermanas y mis primos.
Para empezar a bailar y romper el hielo, comenzó a canturrearme la coplilla que sonaba mientras dábamos los primeros pasos (¿cómo no? ya estaba er gachón tardando en echarse unas letrillas…)
Después, además de agasajarme con las zalamerías de rigor “que guapa estás hoy”, “que bonito vestido ¿Te lo has hecho tú?”, pasó a darme las gracias por el arreglo “tan profesional”, dice, que le hice a su bata, y a agradecer en general todo el trato que le damos en casa a él y a su familia, que su padre estaba muy contento con que el abuelo lo llamara pa’pintar la fachada porque así le salieron un par de faenas más y eso les permitía un desahoguillo para enfrentarse a las fiestas.
(He de decir que de la limpieza y arreglos de la fachada de la casa se suele encargar Doña Carmen, la portera que vive en el bajo de nuestro patio. Una señora viuda con cuatro hijas, pero esta vez el abuelo quiso darle el quite)
A lo que íbamos, que decía Manolo que como D.José le pagará mañana la semana y mañana es la Verbena del Albayzín, le gustaría poder convidarme a un sorbete antes de subir pero que si me lo lleva a casa tendría que convidar a todos y no tiene para tanto.
Así que, después haber estado charlando durante un buen rato de mil cosas, sentados con toda la pandilla de mi primo en murete del puente de la Chirimías, frente al Hotel Reuma, en un momento se ha acercado para sentarse a mi vera y me ha insistido otra vez discretamente con lo del sorbete.
Y como hoy, la verdad, he estado muy a gusto hablando con él, finalmente me ha convencido y hemos quedado que nos daremos un paseo pero no mañana, otro, día porque para que me pueda escapar tengo que quedar con Paquito para que venga de escopetilla y me dejen salir so pretexto de que me voy a darme un garbeo con el primo porque si no, no me dejan pisar ni el tranco de la puerta.
Para salir de paseo sola sólo puedo salir o bien con mis amigas o con mi primo. Veremos a ver si cuela pero “Quien algo quiere, algo le cuesta” y le va a costar la broma dos sorbetes…
Pobre. Me da no sé qué causarle gasto, la verdad.