Querido Diario:
El incendio de anoche fue en la fábrica de pan de la calle Santiago (nº 63). Sobre las once de la noche uno de los operarios vio salir una columna de humo de la zona de la leñera, dando la voz de alarma a sus compañeros y al dueño, poniéndose todos de inmediato a tratar de vencerlo con cubos de agua.
Objetivo al que se le unieron también los vecinos para ayudar, que a la par que unos ayudaban con los calderos, otros colaboraron en sacar de allí todos los sacos de trigo almacenados para que no fueran consumidos por el fuego.
Pero el fuego era tan profuso que era imposible calmarlo, aunque los guardias, entre tanto, ya habían avisado por teléfono a los bomberos y llegaron pronto con sus extintores y demás material para extinguirlo.
Al poco llegó también el ingeniero municipal que les ordenó dar al fuego dos cortes muy oportunos, uno para aislar la leñera de la fábrica de pan, y el otro para aislar la casa de al lado.Una casa que está adosada al horno de la cuesta de los Monteros, que tuvo que ser desalojada porque temían pudieran propagarse las llamas y de la que sacaron hasta los muebles…
Los Guardias, Civiles, de Seguridad y Municipales, cortaron las calles para evitar se acercara nadie a goler y pudiera acabar aquello en una mayor desgracia.
La Cruz Roja, estableció un hospital en una de las casas de la calle Santiago con botiquín, camillas y ambulancia.
Y acudieron ipsofactamente muchísimas autoridades como el Alcalde, concejales o el mismo Cendoya (el arquitecto de la Alhambra).
En poco tiempo, una vez entraron en acción los bomberos, pudieron dominarlo con audacia y heroísmo, y darle fin a lo que podría haber acabado en catástrofe mayor porque dicen que el mal estado de las mangas no permitía el buen funcionamiento de las bombas y aquello podría haber terminado en algo mucho peor.
Los daños finalmente fueron solamente los relativos a esa leñera y a su material, y quedando milagrosamente a salvo la harina que había en las habitaciones de al lado. De modo que, los panaderos, una vez salvado el fuego, sobre la una de la madrugada, continuaron con su trabajo para que no faltara el pan.
La mayoría de los inquilinos de esta casa desalojada eran camareros del Café Royal, así que hoy tendrán el día muy distraído contando el folletín de anoche.
Bueno, ya comienzan hoy las veladas de San Pedro, nos vamos a darle una vueltecilla a aquello que hemos quedado también con Manolín.