Querido Diario:
Hoy toca Verbena de San Pedro, fiesta que anualmente se viene celebrando para deleite de vecinos y demás simpatizantes. Anoche ya empezaron las veladas y sólo le dimos un garbeo rápido, pero esta noche a las nueve encienden el alumbrado eléctrico.
Los vecinos han adornado sus balcones y han colgado farolillos a la veneciana. Y la banda municipal tocará algunas obras de su extenso repertorio.
Hay columpios y tiovivos…
A las once de la mañana nos fuimos a la misa de San Pedro. Abarrotadísima con la festividad. Al salir, como es costumbre, nos dimos un paseíco por el Paseo de los Tristes y por la Carrera del Darro, y nos encontramos con una de las parientas de Güevéjar y su marido que habían venido a Graná a la misa y darle una vuelta a las fiestas.
Su idea era pasar por casa a vernos después de comer, para no crear compromiso, pero como ya nos encontramos allí, Madre insistió en que se vinieran con nosotros a almorzar y así pasar juntos el día.
Nos estuvo contando la parienta que anoche ingresó aquí en Granada una vecina de su pueblo por herida de arma de fuego en la cabeza. Según contó ella misma, el marido le disparó sin saber ni por qué.
La bala le entró y salió por un laíllo de la cabeza pero no debe de estar muy malamente cuando pudo llegar viva desde el pueblo y dar tantas explicaciones… (Esta cosas como que no las entiendo… Anda que si a mí me dieran un tiro en la cabeza iba a estar yo para chácharas. En fin…)
Natalia se llama. Tiene once hijos y el más pequeño de pecho. Veremos a ver en que queda el drama…
Y ya estuvimos casi todo el rato hablando del problema del azúcar que lleva todo el mes “abasteciendo” más a las conversaciones de todos que a los estómagos de la población.
A mediados de Febrero la Junta de Subsistencias prohibió la exportación de azúcar y fijó un precio acorde con lo que el Ministerio recomendó como precio justo, pretendiendo asegurar así, de cara a la próxima cosecha, el abastecimiento y bajada de carestía de ésta.
Evidentemente a los azucareros no les hizo ni chispa de gracia pero negociaron un convenio en el que, en teoría, desde Marzo, el granadino no debería estar pagando más de de 2,90 pesetas el kilo para el azúcar pilé, y 2,75 para la molida. En cambio, los consumidores venimos pagando mucho más desde mediados de Mayo.
Siempre nos toman el pelo, pero a ver, claro, “o pagas o no comes”. No puede uno estar esperando que se haga justicia.
Bien, pues una vez fijados los precios, y comprometiéndose el Ayuntamiento en vigilar el cumplimiento del convenio, esto funcionó unos días pero, como aquí el que no corre vuela, llegaron los comerciantes y subieron su precio como les dio su real gana.
Para solucionar esto crearon unas tablas municipales para la venta del azúcar, pero ahora dicen los comerciantes que no les llega la dulce mercancía en las cantidades necesarias y cuando llega viene con el peso falto, sustituido éste por el papel del envase, y le piden explicaciones al Ayuntamiento acerca de qué están haciendo con los sacos que faltan según lo convenido.
Total, que se traen un trajín echándose la culpa, los comerciantes al Ayuntamiento, el Ayuntamiento a los comerciantes, y los productores disgustaos con la prohibición de la exportación.
Pero aquí todos haciéndose loh’tíoh’loh’higoh, y el público pagando tanta injusticia. La de siempre: “Los unos por los otros y la casa sin barrer”
Bueno, ya estamos todos listos para salir, así que:
– ¡Amonóh pa’l Paseo, que vamoh tarde!
Mari Angeles 29 junio 2020
Qué ambientazo!!! Menudas fiestas!!
MARGARITA MARIN 6 julio 2020 — Autor de la entrada
Las Fiestas de San Pedro eran muy importantes en el Albayzín hasta no hace mucho pero coincidían con los Festivales de Música y Danza en la Alhambra y terminaron siendo incompatibles…