Querido Diario:
Se está enviando a las personas pudientes la siguiente circular:
«Muy distinguido Señor nuestro:
Nos permitimos un llamamiento a los generosos sentimientos de los granadinos, con ocasión de las colonias escolares de vacaciones.
Éstas, por sus frutos bienhechores, al valor por la salud del cuerpo que de modo tan directo influye en el desarrollo intelectual del niño, son cada día más, una plausible aspiración de los pueblos cultos.
El Excelentísimo Ayuntamiento y la Junta Local de primera enseñanza, cuyas respectivas presidencias honramos, preocupadas hondamente hace años, por la organización de estas saludables excursiones escolares que, si necesarias serían solo para reponer organismos debilitados por la cotidiana labor en la escuela, y dónde aún no pudo ser compensada con los simultáneos higiénicos esparcimientos que la moderna pedagogía prescribe, imprescindibles se imponen, siquiera anualmente, los rostros famélicos y las naturalezas francamente anémicas de esos pobres niños que sin nutrir, ni medianamente su cuerpo, prestan esforzado su débil cerebro a la santa ambición de instruirse.
Consciente de ello el Ayuntamiento, consignó en sus actuales presupuestos partida superior a la de anteriores años; pero si mostró su anhelo en probeta con meritoria obra, no pudo llenar en su totalidad la empresa por no serle dado desatender ninguna otra de sus múltiples obligaciones.
Por ello, falta dinero.
Faltaría siempre porque si el concurso de la Corporación añadió este año un prudente tanto por ciento, el presupuesto de las colonias en relación con la sabida carestía de las subsistencias, se duplicó; y faltará más porque sus organizadores al tener la fortuna de hallar en la saludable altura de Huétor Santillán, local capaz para 100 colonos, quieren aumentar en 30 la cifra de anteriores años, por el pecado de no saber resistirse al clamor de centenares de niños cuya existencia puede depender de este oportuno socorro.
Para costear sesenta colonos más (entre niños y niñas) y adquirir su equipo, la traslación de los mismos, qué a Huétor no puede efectuar altruistamente como a Santafé lo hizo la Sociedad de Tranvía Eléctrico de nuestra ciudad; para salvar el exceso de precio de los artículos todos de vestido y alimentación, para realizar en fin, lo que con entusiasmo nos proponemos, precisamos el patriótico concurso de nuestros convecinos pudientes.
Con que por la mente de cada uno de estos desfiles rápida la imagen de un rostro infantil, con tristes huellas de hambre o de un cuerpecito mutilado por la anemia progresiva, y en contraste su alborozo al retorno de la Colonia Escolar, tanto más nutrido y reparado cuanto más espléndido fue cada donante, quedará resuelto el problema pronto y, porque entre todos por mínima que sea su prestación, atendido al veraneo de los 200 colonos sea iniciado tal vez un fondo que permita sentar sobre bases más sólidas, la progresiva ampliación de tan meritoria obra.
Con nuestra gratitud y la de los necesitados en cuyo nombre pedimos, reitéranle su consideración atentamente… Firma:» El alcalde, tal y cual, y el Delegado Recio de Primera Enseñanza. Menganito y sutanito.
Mu’bien.
El donativo se le pueden entregar al repartidor cuando traiga la circular o en la secretaría particular de la Alcaldía.
Po’vale. Pero no creo que aquí traigan la circular, que estas carticas son pa’gente bien.
Le preguntaré al abuelo si va a ir donar algo y ya si eso, contribuyo a lo suyo con un poquillo de mi alcancía. No podrá ser mucho pero ya sabes: Muchos poquitos hacen un muchito.