Querido Diario:
En todo el mundo, a medida que se normaliza la vida internacional y tornan a sus habituales cauces el trabajo y la producción, se va decretando la baja de los artículos de primera necesidad pero, aquí, seguimos en el mismo régimen de anormalidad que planteó la guerra europea. Somos el único país donde todavía no se han dejado ver ni sentir los efectos beneficiarios de la paz.
Seguimos con las mismas dificultades y conflictos. Y mientras los demás pueblos comienzan a desenvolverse con cierta holgura, nosotros permanecemos entregados a las codicias brutales de todos aquellos que consideran lícito comerciar y enriquecerse con la miseria del público.
Cuando no es por pasividad y complicidad con una explotación inmoral, aunque pueda ser «involuntariamente» (por no ser malpensáh), es por sus torpezas y desaciertos pero siempre dejando ancho margen a los mercaderes para burlar con descaro la ley y complicar más aún, si cabe, el conflicto del abastecimiento.
Que yo no entiendo de estas cosas pero, que digo yo, que si en Europa el resto de gobernantes han podido bajar los precios de los productos básicos, no habría más que ver qué es lo que han hecho y hacer lo mismo. No creo sea tan difícil. ¿Para qué inventar caminos nuevos si ya hay caminos abiertos que llevan a donde quieres ir?
O yo peco de ingenua o nuestros gobernantes de ignorantes, pero algo raro tenemos entre manos, perdona que te diga.
Y en Granada ¿qué va a pasar? ¿Qué piensan hacer? A ver si escuchan los clamores de la gente de una vez, porque Granada es una de las poblaciones españolas dónde está más cara la vida, y para mayores de nuestras glorias, es una de las poblaciones donde menos se han perseguido a los acaparadores y demás negociantes sin conciencia.
La acción de la autoridad brilla por su ausencia y ahora estamos como estamos, que todo el que llega a Granada procedente de otras provincias se sorprende por los precios enormes que aquí tenemos. Máximos de la carestía. Y para mayor desgracia nuestra y bochorno correspondiente, seguimos cultivando el alza de los precios.
El Gobierno anuncia medidas generales, a ver si nuestras autoridades se ponen ya a tono con la circunstancia y contribuyen a que acabe lo más lo más pronto posible esta situación porque la resignación de la gente tiene un límite y la cartera también…