Querido Diario:
Antes de anoche, cuenta el periódico en un artículo firmado por el «Gnomo del Albayzín«, que las mujeres albayzineras se sublevaron con motivo de la carencia absoluta de agua que existe en el barrio.
Un levantamiento protagonizado por las soñadoras mujeres de la calle Panaderos y aledaños, dónde se encuentra el aljibe del Polo.
Como en todos los aljibes del barrio, últimamente, se deja sentir la falta de agua, básicamente porque estamos en verano y se consume más y hay menos caudal y porque los derribos de la Alhambra no se han abierto este año. Son los cañeros quienes distribuyen y administran el agua que hay. Y el cañero del Albayzín con su deficiente gestión, como es normal, se ha buscao la ruina.
En la noche del Martes al Miércoles, a las 12 en punto, grupos de mujeres fueron por las calles contiguas a la iglesia del Salvador, llamando a las puertas de las vecinas para que les acompañaran a romper las maléficas intenciones del califa cañeril de dejarles en seco como era la intención de éste. Y el poder del cañero se estrelló contra la fuerza avasalladora femenina, teniendo sin más remedio que abastecer el aljibe público.
¡Ay, mis albayzineras! ¡Qué carácter tienen! ¡Si es que son pa»comérselas!
Debió de resultar hasta poético y encantador: en el silencio de la noche, los cantares improvisados de las hijas de Mahoma, en alabanza del fecundo elemento:
«Si corre el agua
larán larán
que rabie el cañero
larán larán larán«
¡Pa’verlas, vamos!
Pues ya está cundiendo el ejemplo por todos los surtidores del Albayzín, como siempre la fuerza femenina albayzinera luchando por la vida.
¡Qué grandes son, mare mía!
¡Qué me gustan mis vecinicas! ¡Un Potosí que son!