Querido Diario:
¡Ofú, otro cambio en el precio de los periódicos!
Esta vez es una Real Orden aclaratoria: los periódicos de 8 páginas costaran 10 céntimos, si son más, 15, si exceden de los 25.000 centímetros cuadrados, 20 y si son más de 37.000 a 25.
Verás tú si para ir a comprar el periódico no vamos a tener que ir sólo con la cartera sino también con el ábaco, la regla y el transportador de ángulos…
¡Chiquillo, qué trajín se tienen!
Hoy en la columna de “Ecos del Albayzín” de nuestro amigo El Gnomo:
¡Está buena la cosa! (¿Aeh?)
Es cierto que últimamente los robos y escándalos son una queja generalizada en toda la ciudad. Llevamos una temporada que olvídate de dejar la puerta abierta, ni siquiera entornada, que como te descuides, cuando quieres echar cuenta, ya te ha entrado alguien y se ha llevado lo que tenías más a mano.
Pero hay que reconocer que en el Albayzín estamos atravesando un periodo de escándalos que es un verdadero atentado ya a las buenas costumbres.
Desde antiguo todos los vecinos han sido personas laboriosas y trabajadoras, y siempre han tenido por bandera ser un barrio moralmente pacífico, pero ahora con la avalancha de gente de mal vivir que se alberga entre la maraña de callejuelas, aprovechan esta circunstancia para que le sirva de madriguera, burlando así la vigilancia de la autoridades.
Varias tabernas se cierran a altas horas de la noche, sirviendo de timba dónde se juega a los prohibidos y no solamente le tiran de la oreja a Jorge, sino que después salen a las calles escandalizando y molestando a los vecinos que suben a esa hora de los teatros o a los que tienen la dicha de encontrarse ya en los brazos de Morfeo descansando.
Y no sólo eso, el otro día, por ejemplo, en la Plaza del Salvador una pelea en la que se engancharon varias mujeres luchando a lo Ochoa. Y sorbías en su lucha grecorromana, cegaícas de ira, golpearon a un niño de pocos meses y con la caída le han ocasionado una conmoción cerebral al bebé. ¡Vamos, el colmo del salvajismo!
O ya no te cuento la chalá ésta de la calle la Mina que no para de insultar a las vecinas.
Y dice El Gnomo del Albayzín en su columna de hoy que si: «¿No sería lícito que pongan algunas parejas de guardias que velen por el buen orden de este barrio?»
¡Ja!
¡Ay, Gnomito de mi alma y de mi corazón, que ingenuo eres!
¡Aquí es más difícil que veamos un guardia paseando que un billete de 100 Pesetas!
Ná, hijo, tú sigue soñando…
¡Eh! pero que se agradece la intención, rey.
¡No fuera o fuese verdá!