Querido Diario:
¡Me duele tó del castañazo de ayer!
Se ve que al enfriarse el golpe ha salío to’er dolor pa’fuera y no hay un rohalico en to mi cuerpecillo serrano que no me duela.
No he dicho ná, ni me he quejao, pa’que tohah éstah no vayan a hacer leña del árbol caído… Bueno, lo correcto sería decir “serrín” porque hecha leña ya estoy y pa’leñazo el que me di ayer… Bueno, pues eso, para que no hagan serrín del leñazo, pero que me duele hasta el alma.
Esta mañana no tenía gávilos ni pa’sturrearle el moyuelo a las gallinas.
¡Qué día más largo, mare! No tengo ganas más que de acostarme desde que me levanté.
El Tío Paco se ha dado cuenta de que andaba apagailla y me ha dado después de comer una copica con no sé qué licor de yerbas que decía que era bueno contra el dolor. Sabía a perros muertos, la verdad, muy amargo.
Quitar el dolor no sé si lo quita, lo que si te puedo decir es que anestesia tanto que me he quedao fritica mientras les leía a mis primas debajo del árbol a la hora de la siesta. Y mientras yo dormía, al parecer Adora me ha quitado el libro con mucho cuidaíco para no despertarme y continuar ella leyéndoles la historia.
Después a la vuelta, me ha dicho que se había animado a seguir leyéndoles para que las primas estuvieran más pendientes del cuento que de mis dolencias.
¡Cúchala, qué bonica!
¡Ahí, cuidando del qué dirán a su hermana mayor!
Carmelita, que siempre la siento entre mis piernas mientras leo, al verme dormida, dice Adora, que me ha mirado extrañada, y ha visto el cielo abierto. Acto seguido, se ha movido un poco para ponerse de laíllo y acoplarse mejor en mi cuerpo, y así acompañarme feliz en mis siete sueños.
¡Ángelica, si es que es mu’shica todavía para renunciar a la siesta!
¡Si raro es el día que aguanta sin dormirse bajo la sombra vespertina!
Esta noche no tardaré en irme al catre, pero antes la tía quiere ponerme una cataplasma de arcilla en la parte ésta de los antebrazos que es donde más me duele de parar el golpe con las manos, y dice que son muy buenas para calmar el dolor y bajar las inflamaciones.
Por lo visto tengo que dormir con el barro ese ahí puesto. A ver si no amanecemos las tres como cochinillos en piara…
Antonio 4 agosto 2020
Remedios de antes, mejores que tantos químicos como nos dan ahora pa quitar el dolor. Y esa copita de licor de yerbas, mano santo. A ver si el próximo episodio está más animailla.
MARGARITA MARIN 4 agosto 2020 — Autor de la entrada
¡Seguro! Es joven y tiene buena «carnaura»😉