Querido Diario:
¡Mare mía, mañana se celebrará la vista contra el escritor Miguel de Unamuno porque el fiscal lo acusa de haber escrito varios artículos de lesa magestad!
¡Pues como pillen mi diario lo mismo voy a la cárcel! No sé si arrancarle las hojas comprometidas o esperar a ver cómo acaba esto, pero a mí ya se me ha metío el miedo en el cuerpo. Quizás lo mejor sería quitarlas, total, con o sin tinta tampoco va a cambiar mi parecer.
Cambiando de tema, a pesar de que D. Eduardo Dato dijo hace tres días que la dirección de las Minas de Riotinto había recibido instrucciones concretas de Londres para resolver la demanda planteada por los huelguistas, son estas horas de Dios, y no se ve solución por ninguna parte.
A saber qué instrucciones le dieron, ¿te imaginas? lo mismo le dijeron: –«Hay que resistir. Es preciso sitiar por hambre»– y todos aquí haciendo el canelo una vez más esperando otra cosa…
Que no sería tanto disparate, no te creas, que si han sido capaces de hacer con los suyos lo que le han hecho recientemente con el alcalde de Cork, encarcelado y torturado, dejando morir de hambre en una cárcel a todo un lord (Terence Joseph MacSwiney), nada tendría de particular que cuatro ingleses malvados hubieran decretado el hambre de quincemil obreros en Riotinto.
¡Que estos ingleses dicen entender mucho de libertades y democracia pero a tiranos no hay quien les gane!
Si quieres conocer más sobre la historia del Alcalde de Cork (1920), Terence MacSwiney, puedes hacerlo en: