Querido Diario:
Si ya lo sabía yo… Mira que me lo estaba viendo venir…
Ya se le han hinchado las narices al Sr. Alcalde con el conflicto del pan y dice que dimite. Normal, si es que esta ciudad es ingobernable. Aquí cada uno va a su avío y el que no corre, vuela. Parece que estuviera todo el mundo al salto mata esperando su ocasión para aprovecharse de las circunstancias y salirse con la suya hundiendo al que sea.
Dice padre que hay una liada en el Ayuntamiento que no es ni normal. Por un lado, los contrarios políticos se están frotando las manos disfrutando del fracaso y la renuncia. Y por otro, todos sus partidarios y miles de granadinos que salieron a la calle para reivindicar que fuera él nuestro alcalde que se sienten ahora desarbolaoh y el cabildo que no ha admitido la dimisión, de momento.
Por lo visto convocó a todos los poseedores de trigo de Granada, y no sólo se presentaron solamente una pequeña minoría sino que los pocos compromisos que sacó son escasos y no todos se cumplen.
Y es que el problema no está en el alcalde, que el hombre hace todo lo que puede, pide, negocia, intermedia entre unos y otros… sino que habiendo liberalizado el mercado el Gobierno Central, y pudiendo los tenedores vender y exportar su trigo al mejor postor, la única baza con la que cuenta es la de hacer una llamada al patriotismo y amor por Granada pero claro… al parecer el dinero, la codicia y la contra política partidaria está por encima de los valores patrios.
Dicen que en el pasado cabildo la oposición no sólo no mostró apoyo ninguno a las intensas gestiones del alcalde, sino que además lo pusieron de vuelta y media, llamándolo de todo. Y es que está visto y comprobao, que el problema, de estar, está en la ineptitud de todo un Ayuntamiento, que en vez de arrimar el hombro como merece esta ocasión, se dedica a meter palos entre las ruedas por tal de derribar y ocupar un sillón presidencial.
Ná, ellos ahí a lo suyo y mientras el pueblo aquí viéndolas venir y pasando hambre.
Pues eso es lo que tenemos… una ciudad que, en vez de fortalecer su poder público cuando más se le necesita, se dedica a sembrar tempestades. Total, que ahora los granadinos no tenemos ni pan, ni Ayuntamiento que defienda los intereses de Granada.
¡Mu’bonico tó! Como siempre…
“Señor Ortega Molina:
Vaya sin contemplaciones
por el trigo y las harinas
¡Mire, hay muchos bribones!
Atienda cómo está el pan:
No lo queremos de balde,
pero haga que no suba el precio
pues para eso es Alcalde.
Resuelva con mano estrecha
la cuestión de las subsistencias,
¡no vaya a estallar la mecha
con todas sus consecuencias!”
(“Aleluyas de Actualidad”. Autor Anónimo. Publicado en El Defensor de Granada el 2 de Octubre de 1920)