Querido Diario:
Día de San Rafael. Ayer ya hubo misa y reparto de pan a los pobres en el asilo de San Juan de Dios en su honor, y hoy solemne misa en la que el Arzobispo al finalizar dio a los fieles la bendición Papal, privilegio del que goza esta Orden Hospitalaria para este día.
Como Manolín es tan abogao de pobres, y ahora tan motivao con su cargo de aprendiz de botica, San Juan de Dios se ha convertido en uno de sus santos favoritos, y nos ha arrastrado a todos con su entusiasmo a acudir a la procesión en la que portaban en tres carrozas las artísticas imágenes de San Juan de Dios, San José de la Montaña y San Rafael.
El recorrido era desde San Juan de Dios a calle Duquesa, plaza de la Trinidad, Capuchinas, Pie de la Torre, Cárcel Baja, Gran Vía y otra vez para San Juan de Dios. Así que nos fuimos a la Gran Vía a verla, pero a la altura del edificio del Americano por tal de dar un poquillo más de paseo.
El caso, que entre el bullicio de la gente, era difícil caminar, y yo además iba tirando de Carmelita, que como tiene esos pasillos tan cortos, pues no dábamos a más y empezamos a quedarnos rezagadas. Levanto la cabeza para ver dónde andaban todos y como soy tan chiquitilla, no veía ná‘más que gente tallua a mi alrededor que me cortaban cualquier visión de los míos.
De pronto, aparece Manolín de la nada y me coge de la mano para llevarnos a las dos hacia un espacio que había junto a la pared, toma en brazos a Carmelita y despegando un poco su codo del cuerpo me dice:
– Agárrate bien y no te sueltes que yo sé dónde están.
Entre el nerviosillo de haberme despistado con Carmelita, la impresión de que Manolín me agarrara de la mano sin esperármelo y la desorientación del momento, cuando me agarré al brazo de Manolo y pude sentirme a salvo, me entró un no sé qué, qué sé yo por el cuerpo, como si fueran unas cosquillicas así por la barriga… Y pa’rematar, cuando llegamos, al soltarme de su brazo va y me pone la mano en hombro para que me colocara delante de él junto a mi Madre.
¡Niño, sentí como un calorcito por el cuello que me subió, así, por tó’er’cogote hasta la coronilla!… que porque con el moño no se notó, pero se me pusieron toh’loh pelos de punta.
Una sensación muy agradable, la verdad, pero insostenible y mucho menos confesable… así que me hice la tía’loh’higos mientras aguantaba esa breve intensidad, pero el calorcico este del hombro donde me tocó, se quedó ahí fijo por un buen rato, aún sin su mano ya haciendo contacto alguno.
Luego ya a la noche en la velada que se celebró en San Juan de Dios, con fuegos artificiales y banda de música, me sacó a bailar un pasodoble como de costumbre pero no fui capaz de articular palabra alguna de la vergüencilla que sentía todavía… No le importó, se limitó a elevarme la barbilla con su dedo para que no bailara con la cabeza gacha, me sonrió y me guiñó granujamente, como hace siempre que se sale con la suya.
Antonio Miguel 24 octubre 2020
Albaycinera, por mucho que te niegues tu estás colaica por los huesos de Manolin y me parece que el sabe como camelarte. Anda y no te niegues que el mozuelo es apañao y encima tie buen partido. ¡¡¡Que bonito es el amor!!! Y que candidez tenian las mozuelas de entonces. 🥰😉😀
MARGARITA MARIN 25 octubre 2020 — Autor de la entrada
jajaja… Que dice Conchita que a ella no le gusta Manolín, que sólo es que le tiene aprecio, que esto no ha sido más que un repelús porque le hizo cosquillicas cuando le puso la mano en el hombro… que tampoco tiene ná de particular… (jejeje)
Antonio Miguel 25 octubre 2020
Dile a Conchita que ese repelús es porque le gustó que el Manolin tuviera ese detallazo de «rescatarla» del gentío jajajaja, me río porqué a nosotros nos podrá engañar…pero que no trate de engañar a sus sentimientos ¡¡Le gusta el Manolin!,¡Le gusta el Manolin!,¡Le gusta el Manolin!. Bueno a ver….que a mi me gustaría que a ella le gustara…pero que si no es así, lo parece. 🙂🙂
MARGARITA MARIN 26 octubre 2020 — Autor de la entrada
jajaja Yo creo que lo sabe hace tiempo pero lo que pasa es que mu’chica y está aprendiendo todavía a descifrar sus primeros sentimientos de mujercilla y se protege de sí misma y de su inseguridad para evitar caer en desengaño. Y Manolín tiene que encontrar la manera de demostrarle que lo suyo con ella es sincero, que merece la pena y es prorrogable en el tiempo para darle esa seguridad que necesita ¡que no es tan fácil! que Conchita es una niña llena de cicatrices por la viruela y tiene sus propias tormentas internas, y más con un pretendiente tan guapo y seductor… Démosles tiempo.
Ya sabes, en estas cosas es mejor no decirles ná pa’que no se estropee. Si está pa’ella… no tendrá escapatoria.
Lo que nos hace falta es que Manolín venga con buenas intenciones, no se nos eche pa’trás (que va muy bien) y no nos entretenga a la niña pa’ná.