Querido Diario:
Acaba de llegar mi primo contando que hoy se fueron todos los amigos de la pandilla a pasar la tarde al Paseo de los Tristes (Manolín incluido) y que por allí andaban también los de la pandilla de Pepe y Er Daniéh jugueteando por el río.
Cuando quisieron acordar vieron que venía Pepe llorando desconsolao en busca de su hermano porque un niño de otro grupo le había quitado la gorra y se la había tirado al río.
¡Pa’qué! Manolín que estaba allí tan tranquilo charlando con sus amigos, se levantó como una exhalación y se fue en busca del abusón, ipsofactamente.
Dice mi primo que se le puso tal cara de enfado a Manolo que ni lo reconocía. Y que cuando dio con el chavea, a cogotazos lo llevo hasta el río y le hizo meterse dentro a coger la gorra de su hermano:
– ¡Y vaya si se metió y la recuperó! ¡Por la cuenta que le traía!
–¡Mare mía! No me gusta nada que os peleéis.
–No, si te parece le dejamos al niñico que se salga con la suya y la próxima, en vez de tirarle la gorra, lo tire al él.
–No te digo que no, además conociendo la poca tolerancia que tiene Manolín frente a las injusticias, y más tratándose de su hermanico, lo entiendo. Pero que no me gusta que se tenga que pelear con nadie.
-¡Ay, prima, que se te ve el plumero!
-¡Qué plumero ni plumero! ¡Mira al Leo lo que le ha pasao! ¡Qué necesidad hay de acabar escalabrao pa’ná? A pique de un repique de diñarla por hacerse el machito con otro más bruto que él.
El Leo (Leonardo Gómez Peinado), un chavea que vive por la cuesta de la Alhacaba (nº60) anteayer entró en discusión con uno de Motril (Juan de la Bárcena Navarro) en la plaza Bib-Rambla, y acabó en la Casa’Socorro con una herida grave en la cabeza, y el motrileño, detenido.
Y es que a veces es posible que haya motivo pa’pelearse pero es que, la mitad de las veces, los chaveas quedan para hacer guerrillas de palos y piedras por puro gusto…
Vamos, por la cuesta Gomérez por las tardes hay que pasar con cuidao porque como es la frontera entre los niños de la Churra y el Mauror, cuando menos te lo esperas se convierte la cuesta en su campo de batalla.
Qué yo entiendo que Manolín defienda a su hermano, ¡cómo no! pero que no me gusta esa violencia entre los chaveas. Punto.
Manuel Beltrán 8 noviembre 2020
hoy viendo el diario me he llevado una agradable sorpresa, nada menos que una foto de mi padre cuando jugaba al fútbol de guardameta.
MARGARITA MARIN 11 noviembre 2020 — Autor de la entrada
¡Que alegría me da que la hayas visto! Es la única foto que tengo de él y me encanta, es preciosa en contenido y tiene un toque «golferillas» vintange difícil de igualar. ¡Un abrazo!