Querido Diario:
Granada no se distingue por la amplitud y hermosura de sus jardines públicos precisamente. Hace falta un gran parque público ya. Pero con que arreglasen y embellecieran los que tenemos, ya nos dábamos con un canto en los dientes.
Últimamente no se ha hecho más que edificar y quitar árboles dejando la ciudad más peláh que un calvo.
Ahora la Comisión Municipal de Fomento, presidida por un horticultor de postín, como lo es el Sr. Leyva Narváez, ha empezado a preocuparse por el asunto y en la última sesión del pleno adoptó dos acuerdos interesantes: Hacer un proyecto de arreglo y transformación de los jardines que ya tenemos, y otro, proceder inmediatamente a podas y replantación con los plantones del Ayuntamiento y de la División Hidrológica Forestal.
A ver si es verdad que le meten mano ya este asunto que los árboles son vida y futuro.
Ayer en el pacífico barrio de San José se originó una protesta de unas ochenta o noventa mujeres que bajaron en manifestación al Juzgado de Abastos, a denunciar a la reguladora municipal porque se les había vendido el aceite de tasa, de no muy buena calidad, falto de medida. El Juzgado comprobó que, en efecto, había una visible desproporción entre la cantidad comprada y la expedida. Así que dio orden inmediata de corregir esas anomalías.
No me digas tú… ¡que sea la propia reguladora municipal la que te quiera tomar el pelo!
Pues han pinchao en hueso. ¡Bonicas son mis vecinas!
¡Digo! ¡Tonterías las justas!