Querido Diario:
La verdad que si no fuera por el Centro Artístico, le daban viento fresco a los niños pobres en Navidad. ¿Dónde está la Junta de Protección de la Infancia? Es que no hacen nada prácticamente. Las cantinas y colonias escolares funcionan muy modestamente por la falta de medios económicos pero no llegando a todas las necesidades que hay.
Y eso sin hablar de las precarias condiciones de las escuelas públicas que no se ajustan, en absoluto, a las leyes de la pedagogía moderna, ni reúnen, en algunos casos, unos requisitos mínimos de higiene.
Esto habla muy mal del interés de nuestra población por la infancia. No hay más que ver la cantidad de chiquillos ejerciendo la mendicidad por nuestras calles. Cada niño pidiendo representa una tremenda acusación aunque algunos no sientan regomello alguno.
Esto no debería pasar en una sociedad moderna y bien organizada. Todos los pueblos cultos ponen sus ojos protectores en los niños para cuidar de ellos con constancia y amor.
La Cabalgata que organiza el Centro Artístico para el reparto de juguetes a los niños pobres es el único golpe de esperanza que tenemos en estos días, así que me voy ahora mismo con Papa-Antonio que vamos a donar unos dinerillos que hemos recolectado por la familia para la causa.
¡Hasta las niñas del taller han colaborado!