Querido Diario:
Al salir del trabajo, que hoy tenía guardia, se pasó Manolín a saludar la Nochebuena al primo y ya de paso, me picó a la puerta:
–¡Mu’buenas! Venía a felicitarles la Navidad- Le soltó a mi madre nada más abrirle.
– Igualmente para ti y los tuyos, Manolo.
-¿Está Conchita? Es que quería preguntarle a ver si ella podría hacerme el favor de ir a por unos mandaillos en estos días, que con el trajín que tenemos en la farmacia no tengo tiempo- le escuché decir desde la cocina.
-Pues digo yo que sí podrá. ¡Conchita! ¡Es Manolín que quiere preguntarte algo!
-¡Voy!- me enjuagué las manos y fui pa’la puerta- Hola.
-Hola ¿Qué tal? ¿Qué andabas haciendo que no has venido tú a abrirme la puerta?
-Pues ná, en la cocina, ayudando a preparar la cena de esta noche. Preparando el apio para la ensalada.
-¡Umm! ¿Aliñailla con ajos fritos?- ¡Chiquillo, qué olfato tiene! Efectivamente estaba friendo ajos para el aliño- ¿Qué tenéis de menú?
-Ensalada de apio, sopa de maimones para entrar en calor y surtido con algunas chacinillas de la matanza que ha sacado Madre para celebrar, junto a un platico de jamón que ya ha cortao el abuelo, que se le da mucho arte para hacer unas lonchicas, así, muy finicas, que se deshacen en la boca solicas… Y como a mí me gusta roer, siempre me guarda un trocico de lo duro que me reservo para lo último y así me entretengo con el ruee que rueo, antes del postre que hoy será arroz con leche.
-¿Quieres probarlo?- Apareció de la nada Carmelita con su ofrecimiento.
-No, gracias, preciosa, seguro que está buenísimo, pero mi madre no me deja comer a deshoras porque dice luego no como lo que me tengo que comer- se justificó ante galantería infantil de la señorita y acto seguido le dijo para alejarla de la puerta -¿En qué cacharros los vas a servir? Traémelos que los vea ¿quieres?
-Voy… Espérame, no te vayas.
-Te espero- y continuó conmigo bajando el volumen a modo de cuchicheo- ¿Tú podrías ayudarme a comprarle unos regalillos a mis hermanos? Yo te digo lo que tengo pensao y tú me vas a comprarlos, que yo tengo que estar en la botica y no tengo tiempo de buscarlos con el jaleo que tenemos estos días.
-Claro, si yo tengo que salir en estos días a hacer mandaos y a comprar algunas cosillas también, lo mismo me da comprarte lo que tú quieras.
-Bien, para mi hermano Pepe quiero buscarle un balón de fútbol y unos guantes de lana, que ya se han aficionado tanto los amigos de la pandilla, que han hecho un equipo y juega de portero. Y el balón de Er Daniéh lo tienen ya andrajoso perdío. Y para el Carlillos un trenecico de latón que he visto en la juguetería que hay a la entrada de Mesones por “Puertarráh”. Y si tú ves alguna cosica más pal’peque que pudiera estar bien, se lo compras también.
-Vale. Sin problema.
-Pásate por la botica esta semana que te dé los dineros antes ir a comprarlos.
-Vale. El lunes me paso. Yo a mis hermanas este año les he hecho unas boinas de lana a ganchillo pa’l frío. ¡Más bonicas que me han quedao! Me lo ha estado guiando mi madre que es la experta en esto del crochet. Ya las tengo terminadas y empaquetadas. ¿No le vas a regalar nada a tu madre?
-Sí, sí, pero eso ya lo tengo encargao hace tiempo…- concluyó con cierto misterio- Bueno, reinilla, me tengo que ir ya. Que paséis una Feliz Noche y una Feliz navidad.
-Muchas gracias, Manolo, y vosotros también.
-¡Manolín!- reapareció Carmelita con sus cuencos -¿Cuál te parece mejor? ¿éste o éste?
-Sin duda éste tiene muchísimo postín pero pregúntale antes a tu madre que es la que manda- Se despidió con su guiño y comenzó su marcha.
¿Una Nochebuena sin que Manolín me cante una coplilla?
¡Esto no puede ser!
Y empecé a canturrear desde mi puerta:
-La Virgen va caminando…
-¡Viva el Amor!- replicó haciéndose el tenor.
-Caminito de Belén…
-¡Viva el Amor, viva el laurel!- se le escuchaba por la escalera ya.
¡Qué tío más facilón! ¡Qué poco se necesita pa’arrancarle una coplilla, chiquillo!